sábado, 22 de enero de 2011

Museo de Bellas Artes - Colección de Arte Universal











¿Quiere uno ver un auténtico palacio? ¿Quiere, además, verlo restaurado hasta su mínimo detalle y sentir que no es posible en El Caribe?
Es más sencillo de lo que se cree. Basta con ir al edificio que alberga la colección de Arte Universal del Museo de Bellas Artes de La Habana y quedarse estupefacto con el hallazgo. Es un palacio de verdad, con escaleras de mármol esculpido, pisos de mármol blanco, vitrales en los techos y majestuosidad en cada rincón. Una verdadera maravilla que uno jamás imagina en el medio de una isla caribeña.
Construido a mediados del siglo XIX para que sirviera de sede al centro Asturiano de Cuba, es imposible pensar que este edificio de estilo Neo-Clásico Romantico, haya sido durante años un centro social cuya función más importante era albergar academias de baile español. Con el triunfo de la Revolución, fue convertido en sede del Tribunal Supremo y luego, durante algunos años, languideció en el silencio de los edificios que no se sabe para que usar. Salvo ese breve ínterin, el palacio en realidad, nunca albergó condes o condesas, ni se usó para otra cosa distinta que clases de baile. Ahora, por inmensa suerte, sirve de hogar a una colección de arte más bien mediocre, en la que destaca una serie de retratos norteamericanos y una sala dedicada a imitadores de Murillo y otros grandes de la pintura española, que dejan la sensación de estar demasiado visto. No importa, no creo que la colección sea lo que hace que uno vaya a conocerlo. Sería igual de hermoso si estuviera vacio.
Quiere el destino además, que salgamos de allí totalmente reconfortados: en una sala se está presentando la colección completa de las bailarinas de Degas en homenaje a Alicia Alonso y la verdad que la serie de esculturas, que incluye otros trabajos en bronce como caballos y estudios de mujeres, es un verdadero festín para los ojos. Un lugar más que no tiene desperdicio.

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